Una mujer, aparentemente la dueña del establecimiento, suplicó a los asaltantes que no hicieran daño a los presentes, pero sus ruegos no detuvieron el asalto.
El incidente ocurrió durante la madrugada, en la cafetería Crucita, situada cerca del icónico puente peatonal de la zona.
Los propietarios del establecimiento han manifestado su preocupación y han solicitado a las autoridades que refuercen la seguridad en el área, especialmente durante las horas nocturnas.