Por Mayobanex De Jesús Laurens
20 de junio de 2010
Se levantan con el cantar del gallo y desde todos los barrios se repliegan a realizar sus labores diarias para llevar el sustento a sus familias, trasladando pasajeros de uno a otro lado, soportando el ardiente sol, el sofocante calor, los Amet y el alto costo de los repuestos y combustibles para sus motores, resultando lo que ganan insuficiente para cubrir minimamente sus necesidades.
El “motoconcho” se ha convertido en uno de los mayores empleadores de nuestro país. En Barahona, esta fuente de trabajo ha venido a evitar estallidos sociales ante la falta de oportunidad por cierre de empresas y falta de instalación de otras, que acaben con la vagancia de los jóvenes.
No están regulados. Tampoco pertenecen a ninguna institución estatal que los proteja. Están desprovistos de todo. Lo ganado diariamente se va en gasolina, repuestos y el pago de los intereses a prestamistas.
“Nos gustaría que a este sector se le ponga algo de atención y que nos ayuden a vincularnos a una institución del gobierno o del ayuntamiento, que nos permita tener una cooperativa para nosotros poder, por medio de préstamos, sacar motores y electrodomésticos para nuestras casas”, dijo el señor Sergio Féliz Medina, quien tiene su parada en la calle Tony Mota Ricart, con Avenida Casandra Damirón desde hace muchos años.
Sandy Mella tiene su parada de “motoconcho” en la calle José A. Robert con Avenida Casandra Damirón, frente al liceo nuevo. El entiende que las autoridades del gobierno y el síndico de Barahona deben de colaborar más de cerca con ese sector.
“Somos padres de familia y le damos un gran servicio al pueblo de Barahona, pero estamos sujetos a ser atracados por los delincuentes, que nos roben nuestros motores y hasta que nos maten”, dijo Carlos Matos, ubicado frente a la universidad UCATEBA, en franca referencia a la inseguridad a la que están sometidos por la ola de asaltos a motoristas para quitarles su medio de vida.