Por Mayobanex De Jesús Laurens
Redacción MDJL/DDB/IB…Estilo Bloguero
Hace unos días me encontré con uno de esos amigos de infancia, que lleva tiempo viviendo en Santo Domingo, pero que con cierta regularidad viene a Barahona, pues tiene la dicha de que sus padres están vivos y en salud, y parte de sus hermanos pernoctan en esta ciudad.
A propósito de las próximas elecciones municipales, la profusa publicidad de los candidatos y las contradicciones de la gente por la pasión política, a sabiendas de que soy comunicador, el amigo me refirió un interesante debate que se dio entre compueblanos que retornaban a la “Perla del Sur” en un autobús de transporte público.
La discusión, según refirió, la inició un señor de unos 65 años de edad, aproximadamente, del cual dijo: “se montó hablando y llegó a Barahona sin callarse nunca”.
“Esos candidatos a síndico de Barahona no sirven ninguno, no hacen nada ni se preocupan por su pueblo, solo quieren llegar para beneficiarse ellos”, continuó el pintoresco personaje.
De inmediato iniciaron las expresiones a favor y en contra. Dijo que unos valoraban a Milton Fernández, otros decían que Martin Sterling era el mejor, mientras hubieron quienes se identificaban con Noris Medina, en tanto que aparecieron los que señalaban a Carlos García. Cada quien defendía el suyo, y la discusión se encendió, destacó el amigo de referencia.
Lo más interesante de todo fue que intervino un joven, que a su entender no debía pasar de 33 años de edad, de quien dijo que irrumpió con voz fuerte, buen léxico y de manejo muy decente, expresando: “creo que no es defender a la persona; es exigir que tengamos un alcalde que se preocupe por su ciudad, que maneje los recursos de forma transparente y que ejecute obras con los dineros recibidos del Gobierno y de los arbitrios municipales, que redunden en favor del pueblo”.
El amigo proseguía inspirado hablando de ese joven del autobús. “Un alcalde que mantenga limpio los barrios y sectores, que se preocupe por el ornato, el orden del tránsito vial, que contribuya a señalizar las calles”, expresaba el muchacho.
“Un alcalde que detenga de una vez y por todas la circulación de animales realengos en la ciudad, y que busque solución a los enajenados mentales que están por doquiera”.
El amigo me dijo que se hizo un silencio absoluto, en donde solo se oía la voz del joven, mientras todos escuchaban muy atentos.
“Barahona es muy hermosa. Solo falta voluntad de hacer. Un alcalde que sea gerente, que se preocupe de gestionar las obras y que una esfuerzos público-privado para lograr objetivos en beneficio del municipio”, concluía el chamaco.
La ponencia del muchacho provocó que no advirtieran que estaban llegando a la ciudad, en donde lentamente se iban quedando los pasajeros.
Le dije al amigo que esos señalamientos del locuaz joven, es la lección para una buena gestión de alcaldía.
Y es muy cierto lo que él expresa: “para alcanzar el éxito en una alcaldía municipal, se debe obrar en equipo, unir voluntades y sentir amor por su pueblo”, le concluí.