Durante mis años de militancia en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), me acostumbré por largo tiempo a tener como dirigentes provinciales y municipales a compañeros, de los cuales pude observar sus modelos y estilos de trabajo político, y hasta en cierta forma aprendí muchas cosas de ellos.
Lo cierto es que desde el 1986 hasta la fecha fui testigo presencial de la calidad de dirigentes que tuvimos al frente del partido, tanto en el municipio cabecera, como en toda la provincia de Barahona, de los cuales no quiero hacer mención de nombres para no pecar de excluir algunos por omisión involuntaria.
Ahora, fuera del poder político gubernamental, es que se puede apreciar y valorar a quienes desde el ámbito opositor realizan una labor partidaria dirigencial para mantener a la organización en que militan ocupando porcentajes de competición contra el oficialismo.
A Quilvio Medina, siempre se le vio en el PLD como “el hermano de Noris”, manejando la coordinación estratégica de su campaña, pero en muy bajo perfil.
Ahora en su nuevo partido, la Fuerza del Pueblo (FP), ocupa la presidencia provincial, desde donde ha sorprendido con su liderazgo, capacidad estratégica, don de mando, excelente coordinador y un gran organizador de actividades.
Quilvio, sabe que su partido tiene estructuras dirigenciales y trabaja de manos con ellos, en labor de equipo, como buen administrador social, que le ha permitido su profesión.
Es muy cierto que la FP tiene un coordinador nacional, direcciones provincial y municipales, candidatos y la gran figura de Noris Medina, facilitándose el crecimiento partidario por la “ola” que representa el candidato presidencial Leonel Fernandez.
Lo que ya nadie puede negar es el gran estratega político que ha resultado Quilvio, contribuyendo con su inteligencia y visión de la política a que la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández y Noris Medina estén ocupando una posición de ‘principalia’, con miras a las elecciones de febrero y mayo del presente año.
