12 octubre 2021

ESTO ES FUNDAMENTAL! Cómo se registra la depreciación de un activo fijo y cuándo hacerlo

Cómo se registra la depreciación de un activo fijo y cuándo hacerlo

Tomado de https://htk-id.com/

Ahora que ya sabes por qué depreciar los bienes en los asientos contables y fiscales es un procedimiento útil para promover la continuidad operativa de tu empresa, te hará falta empezar, conocer cómo se registra la depreciación de un activo fijo y cuál es el momento adecuado para hacerlo.

Métodos de depreciación de activos fijos

Para iniciar, recordaremos que existen dos tipos de depreciación: la fiscal y la financiera. La primera de ellas está orientada a calcular los tributos que la empresa debe pagar y está regida por la Ley sobre el Impuesto a la Renta, en donde se estipulan porcentajes máximos de depreciación para cada tipo de bienes no circulantes. Pero de ese tema hablaremos en un artículo posterior.

En tanto, aquí nos referimos a la depreciación financiera o también llamada contable, que se registra en los estados financieros y está orientada por la NIF C-6. Para la cual se aplican diversos métodos de cálculo, basados en diversas apreciaciones de cómo se desgasta un bien y cómo se obtendrán beneficios del mismo. De este modo, se toman en consideración el uso, la producción, el tiempo de desgaste, entre otras causas.

Estos son los que señala la citada norma:

De actividad:

Este método se fundamenta en la producción que podrá generar un activo, cuántas unidades producirá o cuántas horas efectivas se utilizará el bien durante su vida útil. Aunque para esto requiere tener información clara (tomada del fabricante o quizá de la experiencia previa) del valor de descarte y la cantidad de producción estándar que puede tener en su vida útil.

Estos métodos son los más adecuados para depreciar maquinarias o vehículos, que se valoran por los indicadores antes mencionados. La fórmula a aplicarse sería la siguiente:

Depreciación unitaria= (Valor inicial del activo – Valor residual)/Unidades por vida útil

Luego, para calcular la depreciación de un periodo específico se multiplicaría el valor de depreciación unitaria por la cantidad de unidades producidas en dicho lapso de tiempo.

De línea recta:

Toma como base la consideración de que un bien se desgasta de manera uniforme durante toda su vida útil, teniendo como referencia principal el tiempo. Su fórmula es muy sencilla:

Depreciación anual= (Valor inicial del activo – Valor residual)/Años de vida útil

Sin embargo, el método de la línea recta tiene el defecto de no ser tan preciso en el cálculo de la depreciación, porque la verdad es que no todo se desgasta uniformemente.

De cargos decrecientes

En contraposición al anterior, los métodos de cargos decrecientes consideran que el bien no se desgasta uniformemente, sino que lo hace más durante sus primeros años de vida y menos en los últimos.

Dentro de este método hay dos subtipos de métodos:

Método de la suma de dígitos. Usa la sumatoria de los ordinales de los años de vida útil como factor pivotante en el resultado. Un ejemplo sería así:
Sumatoria de dígitos= 1° año + 2° año + 3° año + 4° año= 10

Luego se aplicaría la siguiente fórmula para calcular la depreciación en determinado año:

Depreciación año X = Valor actual(Vida útil restante/Sumatoria de dígitos)

Método de dobles saldos decrecientes. Usa como tasa de depreciación la obtenida mediante el método lineal pero duplicando esta cifra para multiplicarla por el último valor registrado del activo. Así:

Valor actual del bien= Valor inicial- Depreciación acumulada

Depreciación= 2[(Valor inicial del activo – Valor residual)/Años de vida útil]Valor actual

La NIF C-6 señala que hay otros métodos de depreciación como los compuestos o los híbridos pero que dentro de esa norma no se consideran como válidos por agrupar distintos componentes y aplicarles una sola fórmula.

Asimismo, señala que una organización debe elegir el método que más se adecúe a sus necesidades económicas. Pudiendo cambiarse por otro más adecuado si cambian los objetivos empresariales. De otro modo, debe permanecer invariable.

Cómo se registra la depreciación de un activo fijo

Ahora bien, teniendo calculado esto, ¿cómo se hace el asiento contable de una depreciación de activo fijo? Pues para eso, deberás crear dos cuentas para cada activo dentro del balance de la empresa: una que registre el débito por depreciación y otra que registre el crédito por depreciación acumulada. Como en este ejemplo:

Cuenta Detalle                      Débito      Crédito
58 Gasto de depreciación     26300
1265 Depreciación acumulada               26300

Cuándo empezar a depreciar un bien

En lo concerniente a cuándo empezar a depreciar un bien, lo ideal es hacerlo desde que inician sus operaciones dentro de la empresa. Aunque si no lo has hecho hasta el momento, puedes empezar a hacerlo para el siguiente período fiscal. Después de eso, con cada nuevo período, deberás hacer un nuevo registro. También es importante realizarlo antes de su venta o dada de baja.

¿Cuáles son los activos fijos que no se deprecian?
A veces, durante el registro contable de la depreciación surgen dudas respecto a cómo tratar cierto tipo de bienes no circulantes que por sus características no se desgastan. Lo que sucede es que te has topado con una excepción a la regla: activos fijos no depreciables.

Si no conoces del tema más allá de lo que te hemos explicado en artículos anteriores es entendible que no sepas que existían. Por eso, en este artículo vamos a aclarar ¿cuáles son los activos fijos que no se deprecian?.

¿Por qué sucede esto?

Antes, debemos decir que si existen activos fijos no depreciables es porque estos no se desgastan o no se usan para el proceso productivo. De esta manera, no generan ningún costo o ingreso para la empresa y por lo tanto, no hay nada para deducir.

Teniendo en cuenta esto último, estos son los tipos de activos fijos que no se deprecian:

Activos fijos sin usar

Aunque su nombre lo deja bastante claro, los activos fijos que no se usan son, por ejemplo, los edificios en construcción, la maquinaria o instalaciones técnicas en proceso de ensamblaje.

Debemos recordar que esto concuerda con lo que ya habíamos escrito en el artículo anterior acerca de cuándo se debe empezar a depreciar un bien: cuando ya se encuentre operativo.

Terrenos

El caso con los terrenos o solares es particular, porque estos, con el paso del tiempo adquieren plusvalía o, en palabras simples, aumentan su valor. El motivo es que se considera que estos activos fijos permanecen a lo largo del tiempo sin desgaste alguno, tal como los señala la NIF C-6.

Así, por ejemplo, un solar de 120 hectáreas siempre seguirá siendo un solar de 120 hectáreas aunque pasen 5, 10 o 20 años. Por el contrario, algunos factores como la urbanización o el desarrollo económico de la zona pueden incrementar el valor de este solar.

No obstante, hay una circunstancia que debe tenerse en cuenta cuando se habla de terrenos y solares que no se deprecian. Y es que también dentro de esta condición hay una excepción, y se refiere a aquellos bienes de este tipo que son utilizados para actividades extractivas como la agricultura y la minería, que sí llegan a desgastarse y requerirán rehabilitaciones para volver a tener el mismo valor.

Similar es el caso con los terrenos afectados por fenómenos naturales que pueden perder su valor total o parcialmente.

Activos que tienen un uso fuera de la empresa

Ciertas empresas tienen como costumbre el uso tanto personal como organizacional de determinados bienes. Por ejemplo, las oficinas comerciales que comparten espacio con viviendas, computadoras que se utilizan tanto en casa como en oficina o automóviles que también se usan para trasladar a la familia.

¿Cómo se tratan contablemente los activos fijos no depreciables?

Aunque los activos fijos no depreciables se tratan como parte del patrimonio financiero de la empresa, considerando lo expuesto con anterioridad, existen ciertas normas a seguir cuando se trata del registro contable de los activos no depreciables:

Primero, para el tratamiento de los activos que no han sido usados por estar en construcción o ensamblaje, los gastos por estos procesos se descontarán del valor del bien una vez que se encuentren operativos.
En cuanto a los terrenos sobre los que se han construido edificios o se ha hecho algún tipo de obras de urbanización, de acuerdo a la NIF C-6, deberán tratarse por separado como dos activos fijos distintos, siendo que los últimos sí deberán depreciarse en el ejercicio contable correspondiente.
Del mismo modo, aquellos espacios que se utilizan para la extracción de materias primas podrán depreciarse descontando los costos de adquisición, exploración, desarrollo y restauración cuando se hayan dejado de utilizar.
De otro lado, los activos fijos que son usados también para fines personales, podrán ser depreciados solo en proporción con el uso empresarial que han tenido. El resto, no podrá ser deducido de impuestos.

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