La profesión implica la gestión de enormes volúmenes de información -tanto en formato físico como digital- y una carga laboral significativa, la cual se incrementa en la medida que tienes más clientes o la empresa para la que trabajas crece.
Se estima que 83% de los clientes exigen más a sus contadores hoy que hace 5 años, por lo que si no organizas los flujos de trabajo como es debido, no podrás cumplir con todos tus compromisos de manera correcta.
Para que esto no te ocurra, te sugerimos aplicar los siguientes consejos:
Hablamos de una suerte de hoja de ruta en la que puedes interrelacionar los recursos humanos, financieros, materiales y tecnológicos que tienes o necesitas para alcanzar objetivos en límites de tiempo específicos.
Debe además funcionar como un cronograma, designando responsables para cada tarea y marcando claramente las fechas límites para el cumplimiento de los objetivos.
Un software especializado es de esas herramientas de contabilidad que te garantiza orden en los registros contables y velocidad en las tareas. Nada más valioso para la ejecución exitosa de un plan de trabajo.
Por otro lado, a la hora de cumplir con tus quehaceres -más allá de las herramientas de contabilidad- el espacio en donde trabajas es otro factor determinante: debe estar organizado y libre de distracciones.
Por ejemplo, si necesitas urgentemente los registros de compra y ventas de determinado período, tienes que poder ubicarlos a la brevedad. Por lo demás, en una era en la que todos -o la gran mayoría de los procesos- están migrando hacia un entorno digital, un software contable se alza como una herramienta de carácter estratégico.
Para ello, las reuniones deben realizarse en un período definido y acotar previamente los puntos a abordar, entre otros aspectos que garantizarán su efectividad.
Lo importante es que sepas organizar bien tus responsabilidades para evitar contratiempos y problemas que pueden ir desde extender tus horas de trabajo hasta la pérdida de un cliente.